Soñé que estaban restaurando los alrededores de la fábrica. Había un nuevo lavadero que ahora dedicaban a expositor de artesanía (¿?), había de nuevo otra guardería y la carpintería la estaban restaurando. Yo me decía: "Si no dejaran esto abandonado tanto tiempo no tendrían que gastar tanto en arreglarlo". ¡Volvían a poner lo que había!; la mente que juega estas malas pasadas.
¡Un lavadero dedicado a la artesanía!. ¡Qué cosas!. El lavadero lo utilizábamos los niños para correr por encima de los pilones jugando a la pita. Con el tiempo se fue ensuciando y ya no entrábamos. Lo que sí hacíamos era jugar en los árboles que había entre las dos escaleras y por el pasillo intermedio. Tenían un olor raro aquellas hojas pero se subía fácilmente por las ramas.
1 comentario:
Yo también soñé, pero despierta, este verano cuando estuve en Cangas. Mi familia nos obsequió con una estupenda marcha por la costa, recorriendo una a una todas las playas de la zona. Me gustó especialmente la parada que hicimos en la laguna. Hacía tiempo que no la veía. Estuve un buen rato mirando a los patos salvajes. Al regreso, Antonio, mi primo político, me obsequió con un libro publicado por la Xunta de Galicia ("O espazo natural de Punta Balea"). Le di mil veces las gracias. Cuando llegué a casa me di cuenta de que uno de los autores era él. No me había dicho nada. ¡Qué modestia!
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