jueves, 30 de abril de 2009

La higuera de la huerta

Los primeros recuerdos que tengo de mi vida van asociados a la higuera que había en la huerta de mi casa. Me parecía enorme, tenía una rama casi horizontal de la que había colgado un columpio en el que me pasaba horas balanceándome. Era un mundo interior al que se accedía y allí quedaba oculto subiendo y bajando por las polas, asomándome por entre las hojas a otear la huerta y por supuesto, donde me balanceaba, y donde saboreaba aquellos higos. Los higos se convirtieron en un hecho tan cotidiano que me parecía asombroso que la gente que venía a mi casa se llevase con tanto entusiasmo las cestas de higos de aquella interminable higuera. Llegué a poner un espantapájaros en los alto de la misma para que no viniesen los pájaros a picotear, pero núnca funcionaba porque no era suficientemente disuasorio, y, como dije antes, al final del verano venían bandadas de estorninos y acababan con lo que quedaba. La lluvia de final de verano también estropeaba los higos y los abría. Salir al mundo para mí fue salir de dentro de la higuera.
Tal vez ésta sea la metáfora de mi vida. Vivir en el interior, reconocer las estructuras internas por las que deslizarme y subir a saborear en las ramas. Deleitarme balanceándome en esas estructuras. Otear lejos desde esas ramas. Llover sobre los frutos como anticipo del finalizar de la estación, como los pájaros aprovechar la cosecha y volver a renacer cada primavera.

domingo, 26 de abril de 2009

Los frutales de la huerta

La primavera se nota en el brotar de los árboles en los que nos fijamos cuando se vive en la naturaleza y lo puntualizo porque para los que vivimos en la ciudad perdemos esa señal del cambio de la estación. Recuerdo que los "pesegueiros" empezaban en primavera a echar los brotes, aparecían las flores y después las hojas, le seguían los ciruelos con una floración blanca y los demás frutales; este seguimiento era interesado porque esperaba que se produjeran los frutos en verano para comerlos desde el árbol. Alguna floración no cuajaba bien un año por el clima y ese año no había buena cosecha de ese fruto, y por eso se alternaban las buenas cosechas; había años de ciruelas, años de peras,.... En los frutales de la huerta había una secuencia de producción a lo largo del verano: empezaban los pésegos, los nísperos y las ciruelas, seguían manzanas y peras, y finalizaban los higos. Ya entrado el otoño aparecían los estorninos a comerse los higos que quedaban. ¡Había fruta todo el verano! ¡Era una maravilla!.

lunes, 20 de abril de 2009

Carros de carreras

Aprovechando los corchos de las redes de pescar que quedaban en los muelles o llegaban flotando a las playas, hacíamos unos carros de carreras. Con dos corchos uniéndolos con un palo como eje hacíamos las ruedas, luego rebajábamos ese eje en la parte central y ahí insertábamos la caña que nos servía de palo guía para conducir. Con estos carros echábamos a correr con el palo guía sobre el hombro, por la alameda y por las carreteras.

domingo, 12 de abril de 2009

Una idea de Fina

Curiosamente uno se queda con frases que aparentemente no tienen relevancia, pero quedan ahí en nuestra memoria. Recuerdo una vez que Fina me habló de la importancia que tenía la semiótica. ¿Por qué Fina valoraba en ese momento el estudio de los signos en la relación social? Recuerdo que estábamos en la Alameda e incluso que estaban los de Ribadavia por allí. Ahora sé porque me quedé yo con ese concepto.

jueves, 9 de abril de 2009

Una idea de Mateo

Mateo era el abuelo de Fernando y vivía al lado de nuestra casa. Lo recuerdo cuando iba a trabajar a la fábrica con su mono azul y cuando llamaba al Roll y se lo llevaba con él a tomar chiquitas. Curiosamente me ha quedado en la memoria una cosa que me contó un día, me habló de un sistema para limpiar las latas a base de arena a presión, y creo que me lo decía como una mejora en el proceso que empleaban en la fábrica. Para mí aquello me parecía una contradicción pero a la vez entendía que la velocidad de la arena permitía que no quedasen las latas ensuciadas de arena. Era una buena idea.