martes, 30 de marzo de 2010

No cantar en Semana Santa

En Semana Santa no se podía cantar, así como suena, nada de canciones ni canturreos. La radio ponía música clásica de tipo fúnebre, intercalado con las noticias, y en verdad era un tostón. Se vivía la semana con este tipo de recogimiento, no sé si era más religioso o no, el caso es que había un paréntesis en la vida diaria y se notaba que era Semana Santa. Para nosotros había la compensación de los roscones de la época, un olor a dulce anisado impregnaba la casa porque se hacían unos cuantos (barras o roscas) para que duraran esos días, y aunque no se podía cantar, al menos, se podía comer dulce.

viernes, 19 de marzo de 2010

Los zapatos Gorila

En aquella época había unos zapatos marca Gorila que tenían fama de ser muy resistentes, pero había una cosa más interesante que los zapatos, para nosotros los niños, y era que con cada caja de un par de estos zapatos regalaban una pelota de goma verde. Esta pelota también era dura y resistente, a la altura de los zapatos, y nosotros la usábamos para jugar al juego aquel de lanzarnos pelotazos con aquel proyectil. El caso es que dolía y había que estar a distancia, necesitábamos toda la Alameda para jugar, lo cual da idea de la magnitud del lanzamiento. No recuerdo el nombre de aquel juego pero casi podíamos emular al béisbol con los latigazos que mandábamos con el brazo a todo poder.