martes, 22 de diciembre de 2009

Gaviotas por la ventana

Lo que se llama en física una visión euleriana es a lo que jugaba cuando era pequeño en los días festivos desde cama. La fábrica atraía muchas gaviotas por el olor y se situaban en largas filas sobre su tejado, eso implicaba que iban y venían hacia o desde alguna parte por la mañana y por la tarde. El juego consistía en ver pasar las gaviotas por los cuadros de la ventana y contabilizar ese flujo para ver en qué cuadrado habían pasado más. Había también bandadas de gorriones que llegaban a la alameda, de estorninos que venían a los higos de agosto o de avefrías que llegaban en invierno, que también podían usarse para el juego.

1 comentario:

Elisa dijo...

El sonido de las gaviotas y sus bellos movimientos en el cielo me acompañaban en los largos meses fríos y lluviosos. Me ilusionaba la llegada del verano y mi regreso a Cangas.

Siempre me han gustado las aves, quizá por ese sentimiento de independencia y libertad que me inspiraban. De mi infancia recuerdo el día que mi padrino (Juan, el veterinario) me enseñó un nido con sus crías. Estaba entre los arbustos. Me comunicó un gran amor y respeto a la naturaleza, no podría ser de otra forma viniendo de él.

¡FELIZ NAVIDAD!