viernes, 1 de mayo de 2009
La sirena
La sirena de la fábrica formó parte de nuestra cotidianidad durante todo el tiempo que allí vivimos. Recuerdo, si no me equivoco, que sonaba a las doce y media marcando el fin de la jornada de mañana. Cuando esto ocurría, a los cinco minutos la alameda se llenaba de mujeres y hombres que a toda prisa se dirigían a sus casas a comer, unos subiendo por el ramal que los conducía a la zona de la carretera y Balea, otros bajando hacia el hotel .
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