viernes, 16 de abril de 2010

Las lecheras

La leche de diario la traían las lecheras a casa, llegaban con aquellas "lecheras" en la cabeza con ayuda del "molinete" hasta la misma puerta y la medían con unos cazos del mismo material de hojalata. Aquella leche había que hervirla para sanearla y para que no se echara a perder -por lo visto, de pequeño tuve una intoxicación con la leche porque las vacas también enfermaban. La leche tenía bastante nata que se iba acumulando para hacer postres o mantequilla -recuerdo que los primeros bocadillos eran de nata con azúcar. Después, con la llegada de los supermercados, empezó a llegar en botella de cristal con tapa de papel aluminio, que había que devolver para que no cobraran el casco, y fue el declive de las lecheras.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

tambien habia unos envases raros en forma de piramide con el material del tetrabrick y unas bolsas que se cortaban en una esquina y se colocaban dentro de una jarra de plastico.
tambien recuerdo que hacia 1964 en Cangas no habia traida de aguas y el agua era de pozo y los que viviamos cerca del puerto el agua era salitrosa porque al subir la marea se mezclaba con el agua del mar.
La mujeres iban a una fuente cerca del alameda con unas sellas que llevaban en la cabeza estaban pintadas de verde y las cinchas de metal pintadas de negro.

Anónimo dijo...

En Cangas la sellas siempre se llamaron "baldes". En cada casa había uno, por lo menos, que había que llenar cada día en la fuente más próxima, donde habitualmente se hacían largas colas, sobre todo en verano cuando las fuentes manaban escasamente.
Las colas de la fuente daban mucho de sí. Para las mujeres, el cotilleo diario; para los niños, los juegos.
En la fuente del Caballo se jugaba al "crin" : "Por arriba, por abaixo, polo medio nada".
Y hablando de los baldes. En la calle Colón estaba el tonelero o "o dos baldes", que era el abuelo de Manolo Camiña. En plena calle se daba forma a baldes y toneles con fogatas.