El día de Reyes Magos era especial para los niños, soñabamos con tener unos juguetes que nos acercasen más a la realidad que los propios juguetes que improvisábamos con palos y restos durante todo el año. La pistola de estralos era algo especial, tenía aquellos estralos en roseta, que había que dosificar poco a poco para no perder el efecto ruidoso, y un olor a pólvora excitante. Había pistolas de vaqueros y de policías. La cuestión es que ejercían una gran fascinación sobre nosotros, a modo de imitación de lo que veíamos en el cine, aún sin ser chicos violentos. Con el tiempo alcanzó más importancia el balón de fútbol, al menos íbamos más encaminados hacia una via deportiva y pacífica. Los balones tenían su importancia porque permitían organizar los partidos en la Alameda, donde había que ganar. Más que balones eran pelotas que con el tiempo se medio pinchaban, acababan siendo algo duro para andar a patadas y dolían al recibir un pelotazo de aquellos. Luego vinieron los libros y la ropa, aunque para entonces éramos mayorcitos, y ya había que dejar paso a la realidad.
1 comentario:
aunque no tenga nada que ver con este post creo que seria bueno publicar algo acerca de como en las noches del puerto de Cangas se podia escuchar el ritmo de los pescadores batiendo los pulpos sobre la piedra del muelle para mazarlos
Carmelo Parrado
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