Esto ya lo he contado otra vez, pero ahora lo asocio con el día que hacía y con el sitio y el ambiente. Una de la primeras teles que llegaron a Cangas fue la del bar Alondras (tuvo que ser al principio de los años 60). Mi hermana y sus amigas decidieron ir a verla por primera vez y yo con ellas. Era la primera vez que iba a ver la televisión en mi vida, era Semana Santa, tal vez era domingo, una de esas tardes en las que el ocaso solar dura un montón, el caso es que era por la tarde y había mucha luz todavía, recuerdo que me senté pegado a la pared, entrando a la derecha, había mucha gente, y enfrente en alto estaba la tele (no se si pedí una gaseosa) ¿Qué fue lo primero que ví?. ¡Una procesión de Semana Santa!. No me resultaba muy grato, la primera impresión fue algo lúgrube, no me esperaba aquello en aquel día tan luminoso. Empezaba mal. ¡Tanta ilusión para aquella decepción! Salí con ganas de no volver a verla.
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