Salgueirón era un barrio muy visitado, estaban los que venían a ver la fábrica y luego iban a comer a Simón, los que lo cruzaban los domingos para ir a ver el partido del Alondras, los que repartían cosas de diario como pan o leche, los afiladores que venían a poner parches a las potas y afilar cuchillos, incluso aparecían parientes que venían de América. Una vez aparecieron unos parientes americanos de Encarna y Mateo, y, otra vez, también vinieron unos primos de mi padre de Puerto Rico. También Estrella y Fina habían recibido la visita de un pariente de allá, si no recuerdo mal. Como les ocurría a todos los gallegos la generación de nuestros padres tenía vínculos con los que habían emigrado al otro lado del charco. Otro tipo de emigración fue la europea, los que se fueron a Alemania, Holanda, Francia y Suiza, entre otros países. Esta afectó a las nuevas generaciones, y en este caso, por la distancia a esos países, pronto empezaron a retornar creándose barrios enteros con esas familias, como fue el caso del barrio de Rotterdan que se hizo por encima de la Caina. Que recuerde, de Salgueirón, un tío de Fernando estuvo por allá, también José estuvo en Francia, y sigue.
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