Cada persona retiene en la memoria aquello que realmente le sirve. Ante un mismo hecho diferentes personas se quedan con diferentes énfasis de lo lo que ha ocurrido. Esto sería una especie de selección preferente de la realidad. Las distintas preferencias constituirían la realidad total. Lo importante para hablar del tema es ser precisos en el lenguaje porque las personas también usan las palabras con diferente carga semántica. Así, realidad puede significar diferentes cosas para diferentes personas. Lo que si es un hecho es que las personas utilizan palabras propias que los demás aprendemos e intentamos repetir.
La memoría es una especie de oportunidad de crearnos a nosotros mismos, siempre recurrimos a ella y nos recuerda cuál es nuestro interés. Evidentemente juega un papel de experiencia de vida que nos enriquece y nos permite adaptarnos a las nuevas situaciones desde las que hemos vivido. Recuerdo esas películas en las que un personaje pierde la memoria y tienen que levantarse cada día como si tuviese que reconocer todo como novedad. Como una especie de metacognición debemos volver sobre nuestras experiencias para volver a leernos.
¿Qué me dice un post como el del club Rodeiramar que escribí anteriormente? Por supuesto que me hace visualizar como con una cámara del tiempo aquellos momentos y me enseña lo que veía. Pero en definitiva lo que hago es una descripción física del local, la estructura del mismo. Los apartados y las personas que había en cada apartado y básicamente en qué empleaban el tiempo. Estoy describiendo, por tanto, la estructura. Me fijaba en la estructura. Estoy informando como un testigo. Estas dos palabras:INFORMAR y ESTRUCTURA, me son propias. Forman parte de lo que soy. Muchos de los post que hay míos contienen estas dos constantes. Si testimonio es para informar a los que lo lean lo que ocurría en el interior de aquel local. Jugaban a las cartas y charlaban agrupados en torno al juego y por géneros. Por supuesto que se tejían relaciones que no descubro, y no hago valoraciones de los hechos, mi testimonio es un acto de transparencia, es la aproximación a lo que en verdad allí ocurría. Es el sentido de la vida. En este caso es que las personas, independientemente de su condición social y la época, se asocian por categorías en torno a reglas como las del juego para ser felices.
Nuestra propia pandilla adolescente era una sociedad, había reglas no escritas, entraban nuevos componentes presentados por otros miembros, jugábamos y hacíamos actividades conjuntamente. Estábamos los niños por un lado y las niñas por otro. Cada uno sabía su lugar en el barrio. Hasta teníamos locales propios. Estábamos así por nuestra felicidad, eso es lo que reportaba la asociación. Los cambios generacionales terminaron con la disolución de los miembros de la sociedad. No fue desde dentro, fue desde fuera. Salimos para estudiar, hicimos nuevos amigos, amigas, novias, novios, etc. Es lo propio que estos entornos sean generacionales, cumplen un cometido, después desaparecen. Es la construcción de la sociedad para albergar y "proteger" la vida. El club Rodeiramar también protegía una forma de vida. Pero estaba destinada a desaparecer, por los cambios generacionales. La conclusión es que siempre es necesario buscar una casa que nos albergue a todos, seguro que la hay, pero las generaciones la tienen que ir buscando.
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