El muelle de la Ballenera siempre estaba roto. Si algún año lo arreglaban al invierno siguiente venía un temporal que acababa por volverlo a romper. En realidad hacía más de escollera que de otra cosa porque los balleneros acababan atracando en el de la fábrica, dejaban los cachalotes fondeados al abrigo de dicho muelle y se iban para el de la fábrica. Los temporales de invierno eran fuertes hasta el punto de que cambiaban la fisonomía de las playas como pasaba en Areamilla, se cubrían de arena algunas rocas y aparecía otras que estaban ocultas. |
lunes, 15 de diciembre de 2008
El muelle de la Ballenera
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